El legado de aquella película sigue latiendo con fuerza en la isla donde fue rodada
El 20 de junio de 1975, un joven cineasta de apenas 27 años, Steven Spielberg, estrenaba Tiburón, sin imaginar que su filme no solo sembraría un miedo colectivo a bañarse en el mar, sino que marcaría un antes y un después en la industria cinematográfica, informó la agencia EFE.
50 años después, el legado de aquella película sigue latiendo con fuerza en la isla donde fue rodada: Martha’s Vineyard.
La llegada de Spielberg a esta tranquila isla del este estadunidense, rebautizada en el filme como Amity Island, transformó no solo su historia, sino su economía y su imagen internacional. El rodaje, que se extendió más de lo previsto debido a contratiempos técnicos terminó siendo una mina de oro cultural y económica.

“Tiburón” trajo mucho dinero a la isla y lo sigue haciendo, cuenta John V. Tiernan, gerente del hotel Dockside Inn. Martha’s Vineyard nunca fue de gente rica, pero actualmente el precio de una casa parte de $1.2 millones, la cinta convirtió el lugar en una meca turística, especialmente en verano, cuando su población pasa de 20,000 a cerca de 200,000 personas.
Martha’s Vineyard es una cápsula del tiempo que honra la película en cada esquina. Su pequeño cine aún proyecta el clásico, los comercios venden recuerdos temáticos y varios isleños que participaron como extras siguen contando su experiencia como si hubiera sido ayer.
Uno de ellos es Tom Scott, entonces adolescente, quien interpretó a uno de los niños que huía del mar.

“Nunca vi al tiburón, ni casi a Spielberg. No tenía tiempo para los extras, nos dirigía su equipo”, recuerda entre risas. Scott trabaja como guía turístico en recorridos dedicados a Tiburón.
La conexión con la película se mantiene viva a través de una exposición conmemorativa organizada por el museo local, que recorre los secretos del rodaje y el impacto cultural de una obra que redefinió el concepto de éxito en el cine.
“Solo unas pocas películas siguen cautivando después de cincuenta años. ‘Tiburón’ es una de ellas”, afirma Bow Van Riper, investigador del museo.
Con una recaudación de $470 millones y tres premios Óscar -mejor montaje, mejor sonido y mejor banda sonora original, a cargo de John Williams- Tiburón es considerado el primer gran “blockbuster” de Hollywood, su éxito marcó el nacimiento de la temporada de estrenos de verano y cambió las reglas del marketing cinematográfico.