La medida difundida en redes sociales oficiales también incluye restricciones para la vestimenta de los hombres
El Ministerio de Turismo del gobierno de transición sirio ha generado una fuerte controversia tras anunciar un decreto que obliga a las mujeres a utilizar burkinis —trajes de baño que cubren todo el cuerpo— en las playas públicas del país, informó la agencia Europa Press.
La medida, difundida en redes sociales oficiales, también incluye restricciones para la vestimenta de los hombres, prohibiendo estar con el torso desnudo en espacios públicos fuera de las zonas de baño, hoteles o restaurantes.
“Para los hombres, se ordena usar una camiseta cuando no se esté nadando. No está permitido aparecer con el torso desnudo en lugares públicos fuera de las zonas de baño ni en hoteles ni en lugares para comer”, dice el documento.
El decreto no será aplicado en resorts de lujo ni hoteles internacionales, donde se permitirá el uso de trajes de baño de estilo occidental, siempre que se respeten las normas de conducta.
En el resto de espacios públicos se recomienda vestir ropa que cubra hombros y rodillas, así como evitar prendas transparentes o delgadas, según la publicación del Ministerio en su cuenta de Facebook.
La nueva normativa se enmarca dentro del cambio constitucional aprobado en marzo, tras la instauración del presidente de transición Ahmed al Shara, quien asumió el poder luego de la huida del expresidente Bashar al Assad a Rusia en diciembre del 2024.
La nueva Constitución establece que el islam es la religión del Estado y consagra a la jurisprudencia islámica como principal fuente de legislación.
Las autoridades autónomas kurdas del noreste de Siria criticaron duramente el decreto, acusando al gobierno de transición de imponer normas que no representan la diversidad cultural y religiosa del pueblo sirio.
También advirtieron que el contenido del decreto recuerda los estándares restrictivos y autoritarios aplicados por el régimen anterior.
“Estas disposiciones no reflejan la diversidad del pueblo sirio e imitan criterios tradicionales impuestos durante décadas por el régimen de Al Assad”, señalaron en un comunicado.
La imposición de normas religiosas estrictas en espacios públicos ha encendido el debate en una Siria todavía marcada por la fragilidad política y la fragmentación territorial tras la caída del régimen de Assad.
.Mientras el nuevo gobierno intenta consolidar su poder y establecer una nueva legalidad basada en preceptos islámicos, sectores laicos y comunidades minoritarias temen una pérdida de derechos civiles y libertades individuales, especialmente para las mujeres.